Estaba conduciendo por mi vecindario cuando vi que dos policías habían detenido a cuatro hombres, los cuales estaban de rodillas con las manos detrás de sus cabezas. Me detuve para ver si podía ayudar en algo.
Los policías me dijeron que les habían llamado porque estos hombres deambulaban por las calles y sin poder comunicarse con alguien en inglés. Me ofrecí hablar en español con los hombres y los oficiales estuvieron de acuerdo. Nos enteramos que los habían robado y sacado de sus casas. No tenían ninguna identificación, no hablaban inglés, no sabían en dónde estaban, y no habían comido por varios días.
Logré conseguirles comida y hospedaje para pasar la noche, y además boletos de autobús para su regreso a casa. También le di a cada uno de ellos un ejemplar de la Palabra de Dios. Durante las próximas 24 horas dos de los hombres, José y Ricardo, depositaron su fe en Cristo. Cuando se fueron, los cuatro hombres llevaron sus Biblias con agradecimiento mientras subían al autobús. Espero poder verlos a todos en el cielo.
Sus destinos fueron cambiados debido a un suceso trágico, un testigo del evangelio, la provisión compasiva para sus necesidades, y una copia económica de las Escrituras.
Gracias a sus donaciones generosas a la Fundación para la Casa Bautista de Publicaciones, muchos, muchos Josés y Ricardos escucharán el evangelio y luego lo podrán compartir con los demás.
¿Pudiera unirse a mí y a muchos otros en enviar un regalo especial a la Fundación para la Casa Bautista de Publicaciones? Juntos, podemos ver eternidades cambiadas a través de la Palabra de Dios.
- Dr. Sam Shaw
Miembro, Fundación para la CBP